lunes, 17 de enero de 2011

RECUERDOS DEL FUTURO


RECUERDOS DEL FUTURO
Por Gustavo Gûeres  González

El Presidente, sonríe satisfecho,  desde la confortabilidad de un mullido sofá original Luis XV, regalo de la víspera, del Conde de Brabanza; representante de la Casa Real Belga, en la ocasión de los 500 años del “Descubrimiento” de América.
El alba anunciaba el alumbramiento de un espléndido día. La velada había sido extensa, pero muy amena y promisoria, todos los acuerdos de intención para las contrataciones  con el Estado, fueron suscritos a feliz término, cuidadosamente revisados y aprobados, por los banqueros y empresarios invitados a la casa presidencial, para las negociaciones. El ambiente, a pesar del cansancio, era espiritualmente reconfortante y alegre, el jardín estaba esplendido, con su amoroso estallido de colores.
Carlos Andrés, abrió lentamente los brazos, aspiró y llenó sus pulmones, sostuvo largamente la respiración y luego expulsó lentamente el aire.   Agitó su mano derecha, solicitando  la atención de uno de sus más conspicuos  invitados.  
Su mente maduraba un proyecto, un importante movimiento en el ajedrez político nacional.  Quería aprovechar la oportunidad para iniciar su jugada magistral, con aquel atildado personaje que se había percatado de su llamado.
Gustavo, ven siéntate aquí a mi lado, escucha;  hace tiempo  mi cerebro  cuece un planteamiento que debo hacerte, por favor permíteme la mayor atención,  -dijo pausadamente, como  tomando aliento para darle rienda suelta a su  reconocida y  proverbial locuacidad -  tengo la presunción  de que en algún momento en  la vida de este país, tú y yo seremos usufructuarios de la bonanza con qué se suele premiar al trabajo y la   constancia, o tal vez; seamos  víctimas de los vituperios con que   los canallas y mezquinos  acostumbran enlodar  la gloria de los mejores hombres.  Debemos apurar la marcha, tomar previsiones,  mirar y evaluar  los atajos, sin dejar que el azar nos gane en nuestros  juiciosos  propósitos. Tengo el  presentimiento de que se nos viene encima un   cataclismo político.
Date cuenta, Gustavo,  a estas alturas del largo  camino para consolidar ésta democracia, cuando creíamos haber llegado al final de una dura jornada de luchas y sacrificios. Todavía hay resquicios para el aventurerismo sedicioso,  y lo más grave del caso es que hay políticos de vieja y nueva data,  hasta pulperos adinerados,  que aplauden, tras bastidores, en estos angustiosos e innecesarios momentos de grandes dolores para la patria. Hasta joropo le están cantando a la asonada del 4 de Febrero, como que si el vesánico de Chávez, fuera el mismo general Zamora reencarnado. Habrase visto semejante incongruencia histórica, este orden de cosas, me aclaran diáfanamente, mis ideas y apreciaciones sobre la búsqueda de nuevos y urgentes liderazgos . Es necesario que jóvenes generaciones,  formados en las metodologías de la productividad empresarial; la nueva meritocracia, asuma los venideros retos del país.  Por ejemplo, es necesaria la participación más activa en el quehacer político, de esos recursos humanos con altas capacidades y cualidades,  formados en nuestra industria  petrolera.
 Gustavo,  nosotros no podemos presentarnos de cara al Siglo XXI, con los rezagos de la esclerosada política venezolana. Por ejemplo, el  chiste de la   candidatura  de Piñerúa Ordaz, y el colmo de las pretensiones presidenciales del troglodita Alfaro Ucero.  No señor, se requiere una nueva hornada de hombres bien preparados. En eso estoy políticamente muy claro.
 Fíjate, luego de la caída del muro de Berlín, con la declaración de la muerte  técnica del comunismo, los tradicionales partidos fraguados en los Siglos XIX y la primera mitad del siglo  XX, han menguado sus poderes como organizaciones  de vanguardia, se quedaron rezagados, y no asimilaron  las nuevas  capacidades y recursos  para la movilización moderna de masas; el devenir político pertenece hoy al progreso  de la telemática. Tú sabes que estamos en la era de la comunicación global del mensaje, en el esplendor del progreso tecnológico e informático, que hasta  permite influir y modelar la opinión pública mundial.
Si recuerdas, ahí está lo que pasó con el llamado “Caracazo”: - ni partido que lo dirigiera, ni izquierda que lo controlara. Solamente, el General Alliegro  y  la fuerza del Estado, pudo manejar exitosamente ese absurdo desborde del populacho.
Te digo,  Gustavo,  ciertamente, los partidos van a parar al “basurero de la historia.” Esa es la dialéctica social, que he aprendido en mi dilatada y azarosa carrera política.
-Carlos Andrés hizo una pausa, revisó mentalmente su rostro, la serenidad era fundamental en ese momento. Detuvo cualquier músculo que delatara alguna alteración, midió su ritmo vital, en la horizontalidad de sus manos.  -Exacto,  vamos bien.-  Y continúo sibilinamente.
-Gustavo, tú eres cabeza visible de las nuevas promociones de capitanes de empresas, tu prosapia, formación,  y experiencia cuenta mucho para el devenir y la salud de la  Patria. El empresario de esta nueva época tiene compromisos con la sociedad que le exigen mayor participación en el mundo que rodea a sus empresas, en el marco de las modernas doctrinas gerenciales y organizacionales de calidad total,  además creo, que esas disciplinas  son perfectamente aplicables a la gestión administrativa del Estado, para modernizarlo y deslastrarlo de esa anacrónica,  abultada,  clientelar e ineficiente  burocracia que le impide  equilibrar sus verdaderas dimensiones y objetivos. Eso lo han entendido perfectamente, hombres precursores como  Don Eugenio Mendoza  y  Lorenzo Mendoza Fleury. Además esa es la prédica de tantos  sesudos estudiosos y académicos del  IESA, por ejemplo, déjame decirte que  Marcel  Granier está muy claro en eso, hasta un libro escribió sobre el asunto, creo que  el titulo es; La generación de relevo VS el estado omnipotente.
 Gustavo, tú y yo estamos  solos en el vértice de cualquier circunstancia o acontecimiento de esta coyuntura,  que requiere de urgentes y heroicos  esfuerzos mancomunados. Sospecho que tú   tienes en tu  portafólios  corporativo, los proyectos para colocar el primer satélite venezolano de comunicaciones en el espacio exterior, un gran sueño para coronar tu prestigio como hombre de empresas exitosas. Yo como patriota, felicito y apoyo  esas iniciativas privadas, enhorabuena. Pero hay algo más que eso, Gustavo, y no es menos importante, se trata de la Patria, que también cuenta para tantos y plausibles planes que requiere  el desarrollo nacional. Y  yo no veo a alguien que  pueda continuar arrastrando el carro de la historia política venezolana.
-Carlos Andrés alerta todos sus sentidos, astuto y zalamero, prepara el último asalto de una contundente descarga de alto calibre motivacional; es su calculado estilo  de halagar y anudar sentimientos, para penetrar en lo más interno de las emociones.  Simuladamente mira a Gustavo y  piensa,  mi  “Emilio”  del Siglo XXI,  ¿Por qué no?  De todas maneras se espera de  mí  un heredero político, hasta me  lo reputan como el favorito de mis doce  apóstoles,  además todo el mundo sabe que yo quiero entrar a la historia como un Estadista que soy.  Ladino se voltea, y dice con estudiados  ademanes de pedagogo-.
 Gustavo,  yo conozco muy bien tu modestia. No tienes que responderme nada por  ahora. Pero créeme, hombre, se  que  te surgirán   nuevas  y audaces  inquietudes en tu espíritu  de tenaz emprendedor. De tal palo tal astilla, y en eso eres el vivo retrato de tu padre, a quien Dios tenga en la gloria, por tantas bondades que derramó en ésta patria, desde su atalaya de capitán de empresas. Por algo, Don Diego, tu bienhechor padre,  siempre estuvo en la más alta estima y consideración del difunto líder Rómulo Betancourt, quien tenía especial olfato para enlazar valiosas amistades con hombres de envergadura en eso de fomentar  empresas  y  bonanza económica en esta  Venezuela agradecida.
Gustavo, eres muy joven, yo te hablo desde  lo más profundo de mis convicciones,  además, mis corazonadas son “leyes matemáticas” en esta política nuestra.  Y  te lo digo claramente,  algún día deberás estar preparado para cumplir con un sagrado deber con la Patria: ¡Tú podrías ser Presidente de la República! Tú eres Presidenciable.
-Gustavo Cisneros quedó aturdido, la sorpresa le inflamó las pupilas. Carlos Andrés, le había  descubierto y tocado el alma, se  sintió alelado, alucinado, embelesado.     La mirada  le  quedó suspendida sobre la mágica luz de la mañana., sudaba copiosamente.  De la frente le brotaron  unas arqueadas protuberancias, su  aliento calentaba el aire con un apestoso  tufo de azufre,  quiso correr… hacia el futuro, pero se  detuvo.-  
Todo a su tiempo, todo a su  debido tiempoLo primero;  editar mi autobiografía, que no haya  un venezolano sin conocer al gran manitú que soy.  Ya veremos, ya veremos. Los retos son nuestra principal empresa.  -decía en su febril cerebro, el Presidenciable-.
-Carlos Andrés, observó impertérrito,  aquel  prodigio  que se desarrollaba en su presencia, imperturbable;  llamó a  Cecilia para que le trajera  dos cafecitos.  Se levantó de su cómodo sillón y colocó su mano, paternalmente, sobre el hombro de su “Emilio”, de su predilecto apóstol, que a juicio del camarada Pedro Duno, son doce, a saber:  Diego  Arria,  Enrique Delfino, Gumersindo Rodríguez, Arturo Pérez Briceño, Edgar Asís Espejo, Siro Febres Cordero, Carmelo Lauria, Luis Jugo Amador , Armando Tamayo Suarez, Pedro Tinoco, Carmelo Lauria y el elocuente Gustavo Cisneros, el Presidenciable.
ADVERTENCIA. Esta narración es una especulación del autor. Cualquier parecido con la realidad;  es realidad.
Programa, Con Visión Socialista  de Radio Independencia 105,3 FM, dirigido y conducido por Gustavo Güeres González.    teléf.,  0416 058 7465.   San Felipe  -  Estado Yaracuy.   

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